martes, 11 de enero de 2011

ARROP de Ricard Camarena

Enero de 2011

Crónica por David

Si debo ser sincero ésta es de todas las salidas de la Fundación la que menos me apetecía, y lo era por dos motivos: en primer lugar porque llegaba muy cerca de las vacaciones de Navidad con todo lo que eso supone: comida, comida, comida, comida y más comida y en segundo lugar porque no era mi primera visita ni al restaurante (ya había ido dos veces) ni a la cocina de Ricard (previamente Marina y yo habiamos estado al menos dos veces en el restaurante de Gandía).

Dicho esto debo decir que me ENCANTÓ la cena, tanto que todavía tengo dudas sobre donde colocarla en mi ranking particular. Seguro que por detrás del Bulli, posiblemente por detrás de Arzak y con total seguridad por delante de Sant Pau, Ca Sento, La Broche, Atrio, y muchos otros que a día de hoy tienen más nombre que Ricard.

Si me tengo que quedar con algo de la cocina de Ricard por encima de lo que hacen sus competidores me quedo con lo que es capaz de hacer con el manejo de la verdura, todavía puedo recordar la textura y el sabor de ese peazo ferradura, en su punto justo de cocción, haciendo sombra sin dudarlo al trozo de dentón... y no es la primera vez que me pasa, nunca olvidaré platos memorables como el hervido valenciano en tres texturas, la gelatina de tomate o un clásico que Mamen e Irene tuvieron el placer de probar: la menestra de verduras de temporada.

Como diría Juanito la mejor señal de lo que fué la cena es que tres días después todavía soy capaz de recordar todos y cada uno de los platos: los palitos con crema de queso, la brandada de bacalao, el carpacho de rape, el atún, los calamares en su tinta, la crema de calabaza con gelatina de pulpo y trufa negra, el arroz con trompeta de la muerte, el dentón con ferradura, el solomillo, la torrija caramelizada con helado de mantecado y el turrón helado de almendra (fijo que alguno me corrige algún ingrediente), por Dios que se me olviden yaaaaa...

Por ponerle algún pero diría que todavía hay detalles que se pueden mejorar (bendita capacidad de mejora que me hará seguir yendo a comprobar los avances año tras año): no nos dieron el menú impreso con los platos y el maridaje de vinos nos gustó mucho pero creo que está un pasito por detrás de la cocina y de otros que hemos probado como Sant Pau, Las Rejas y sin lugar a dudas el Bulli.

En cualquier caso le doy un pedazo nota y estoy seguro de que si sigue así llegará al nivel de los mejores (si no está ya), y para concluir una moraleja que aprendí el sábado: a restaurantes de este nivel hay que ir a comer el menú degustación, cualquier otra elección es un error imperdonable.

Hasta la próxima.

1 comentario:

Mamen dijo...

Buena capacidad de síntesis, y de decripción. Muy ilustrativo.
Me gusta la idea!